La escena se repite: Tú y yo... arrepentimiento íntimo, al no ser capaz de remediar las faltas, una memoria impresisa y laberíntica, cuerpos translucidos emanando energías, aquí no hay belleza para los ojos que no perciben lo suficiente. Hagamos que las cuerdas vocales emitan ondas, para acercar nuestros labios. Murmurar lo que tanto temes y me trago tus silencios, con el palpito del tiempo...aquí se reanuda lo inconexo, y aunque dudo con frases estúpidas, invocando mis miles de defectos... Te beso, recogiendo todo el universo de tu boca y me siento tan desconcertada, pero ciertamente Feliz.
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