Restituir

 La vaga idea de algo

Persuadir al entendimiento no es cosa fácil, cuántas deducciones a la vez, un sopesar según tu estado de ánimo, dime qué debo creer, pues nada, vértigo y despliegue de mundos recreados, atracción y supuesto romance a la orden del día.

“Te extrañe”, quién te cree, artimañas léxicas o frase sarcástica, pues se desdice de todo acto, inclusive, la sucesión fatídica de tu última comunicación inconexa.

Me desagrada sobremanera la ausencia de honestidad, las palabras sin actos son muertas, concretamente los seres humanos somos cambiantes y contradictorios, qué es la afectividad sino una necesidad lapidaria para creer sentirse pleno o al menos vivo en la mirada del otro.

Estoy asqueada con la ausencia de congruencia en tantas acciones a medias, efusividad para arder, descenso, acto seguido, desaparecer. 

Quédate cuando te necesito, vete sino eres quien anhelo 

Egoísmo supremo

No hay concordancias. 

Alma

Acostumbraba enamorarme de Demonios y es quizás porque cuando brillan tienen una luz fascinante, única y esplendorosa, quizás yo también lo soy. Sin embargo aquello queda en el pasado, hoy el respeto prima, prefiero estar con seres que saben acariciar el Alma y confrontar los infiernos convirtiéndolos en paraísos.

Sebastián Riffo Valdebenito

Artista riguroso, cuyo pulso vivencial, parece oscilar entre ritmos y notas desbordantes, que ordenan y plasman una nueva composición de los elementos.

 Determinado al devenir social, se compromete con las tareas de avivar las travesías humanas a favor de una justicia emotiva.

 Atento a su sismógrafo, se empapa de nuevos desafíos, sin temor de rondar en la geografía de culturas lejanas y ancestrales, su impronta subterránea, emerge hasta el cielo.

Es un ser alterno, evocativo y sustancial.

Sebastián, gracias por hilar la trama cuando solo tenia pedacitos de papel, esparcidos por el suelo.

Fuiste el único, que llegó a auxiliar ese espacio entre el antes y el después, de una primera sinfonía hacia mis sueños.

¡Qué tengas un excelente viaje a Corea!

Lázara

Hay noches que el dolor me despierta y la angustia recorre vértebras, se expande por la nuca y me preguntó si soportaré, cambio de posiciones, acaricio al gato, lloro y escribo en el celular, como para llevar la mente a otros pensamientos y poder zafar de diagnósticos funestos con respecto al síndrome. Aquí sigo, aún, miro hacia atrás y el dolor físico o psicológico tan presente, reanuda nuevas búsquedas, se apiada de las sombras que me siguen. Algo debo de aprender o encausar. Sigo contenta y expectante ante el escenario de Marzo, no hay batalla que se libre sin morir un poco y luego revivir en lo que se ama.

Pausa

Me junto con amigas de la infancia. Tomamos, tomamos, vaciamos traumas. Le mando un mensaje al padre de mi hijo muerto, a “Él” que fue mi primer amor desde los trece años, me contesta... recuerdo que no tiene cerebro y que yo soy más fuerte y lista de lo que creo, con la salvedad que cuando me enamoro ... también pierdo la cabeza... por eso, me prometí, jamás volverme a enamorar.


La etílica