Cada cierto tiempo me acomete esta desesperación de no entender nada, pero aún más de no entender radicalmente tu apatía y ausencia, cómo si de ello dependiera mi existencia misma. Cuando ya sé que eres un narciso, ególatra carente de recursos emocionales para sostener tu existencia. ¿Yo también?
Porqué perdimos a nuestro hijo ¿Fue mi culpa? ¿Porque te conocí a los trece años y fuiste tan importante para mí?
¿Porqué me pierdo en causas perdidas, adoleciendo hasta la locura? Sí, ya sé que en esta vida hay veces que solo se debe aceptar y no comprender. Que retórica más mala, que sin sentido de lo impropio, ageno, enagenante. Ni nauseas, ni llanto, ni ahogos.
Crepusculario desatento ante insomnios repetitivos.
Si la sombra me persigue y tu cuerpo también
Ya no sé qué hacer.