En aquel entonces, en
clases de dibujo recuerdo como fulminaba las formas con un trazo obsesivo, sin
control y mi frecuente frustración por el nefasto resultado, cuesta dominar,
dirigir con la precisión sutil las formas, luces y sombras, no hacer de la imagen
un bolo oscuro, arrugado que termina tirado a la basura.
martes, 5 de febrero de 2013
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