En el hacer existe la mayor transmutación, ahora que aprendemos a despojarnos de ciertas banalidades, ahora que la distancia marca el minutero de dos nuevos relojes. Una mano sostiene a la otra, caricia y olvido, si es la diestra o la siniestra ¿importa acaso? Mi corazón es un enjambre que llega hasta tu voz, plácido y amargo, cumples años.
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