Este tiempo intenso, modos, actos y pensamientos nuevos. Pertenecer es más que estar, es quizá otorgar atención y profunda dedicación a lo deseado. Me prometí a mi misma ser excelente alumna y eso haré, el campus es ad hoc a mí ser interior. Para esclarecer una vida llena de sortilegios, está vez atravesaré el umbral.
Hace unos años deje de ser la señora de Verdugo (¿lo fui alguna vez?) hoy dejo de ser la acumuladora de papeles y escritos, con esto de cambiar de domicilio y volverse “minimalista”.
¡Qué comienzo de año más desafiante y feliz!, Gracias universo, ya estoy preparada a darlo todo y más. Superficialidades fuera, ahora a estudiar y trabajar arduo, que Amo el Arte con el Alma.
Bueno, habitar un espacio no grato no es tan terrible, me voy con el minino a cuestas y asumo que los mecenas cansados de mis delirios de reina, me mandan al calabozo para recapacitar. Hacerme cargo de mi misma en el mundo tangible es mi tarea actual. Este viernes sabré si quede en la Universidad, en caso contrario el plan es salir de la ciudad, vivir cerca del mar y crear sin mayores miramientos. De los tres proyectos postulados al Fondart, en distintos roles, uno de ellos fue aceptado, y podré ilustrar un bello trabajo colaborativo, sobre hitos históricos de Valparaíso. Creo que esta madrugada es la última o penúltima en esté lugar y es extraño, un día acá, al otro ya, nunca más. Si mi alma fuera intocable no estaría triste, adaptarse es la consigna, mañana seré otra... menos mal.
