Perder la cabeza a destiempo, invertir las horas de sueño, concentrarse en aquello que crees perdido, acumular ansias, trepar palmeras tropicales cuando dormitas a sobresaltos, escuchando al mar indomable, que te dice algo. Favorecer la entropía, irse lejos con lo siniestro alojado en tu pupila, imantar a los espejos, tomar agua hasta transformarte en otro fluido sub acuático, en donde los peces se comen tus miedos y cuando finalmente sales a flote, para dar una profunda bocanada de aire, te ahogas por inanición.
viernes, 11 de agosto de 2017
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